SÍNDROME DEL PENSAMIENTO ACELERADO: Cuando la mente no para y el cuerpo, lo siente.
- Silvana Gómez

- 21 ago
- 3 Min. de lectura
¿Te ha pasado que sientes agotamiento mental sin haber hecho nada físico?¿O que te cuesta concentrarte, descansar o incluso dormir porque tu mente no se apaga?
Estas experiencias no siempre son simples “estrés” o “preocupación”. En muchas personas, se relacionan con un fenómeno cada vez más reconocido: el Síndrome del Pensamiento Acelerado (SPA).

En este blog te explico ¿qué es?, cómo se manifiesta y cómo lo abordamos desde una mirada integral en Wë Wellnëss, porque no se trata de “bajarle a la intensidad” con fuerza de voluntad, sino de entender qué pasa en tu mente, tu cuerpo y tu entorno, y acompañarte desde ahí.
¿QUÉ ES EL SÍNDROME DEL PENSAMIENTO ACELERADO?
El término fue propuesto por el psiquiatra brasileño Augusto Cury, pero hoy en día muchas investigaciones lo relacionan con efectos reales del sobrecargue mental crónica que vivimos en contextos hiperexigentes, con sobreinformación, multitarea y autoexigencia emocional.
No es un diagnóstico clínico oficial en manuales como el DSM-5 o el CIE-11, pero describe un conjunto de síntomas psicológicos y físicos muy reales, como:
Dificultad para detener los pensamientos.
Sensación de “mente ruidosa” o agotada.
Problemas de concentración y memoria.
Irritabilidad y poca tolerancia a la frustración.
Cansancio constante, incluso al despertar.
Ansiedad sin un motivo claro.
Dificultades para dormir o descansar realmente.

Este ritmo mental puede llevar a desgastes emocionales importantes, aumento de ansiedad, conflictos relacionales y una desconexión interna progresiva.
¿CUÁLES SON LAS CAUSAS? UN ENFOQUE BIOPSICOSOCIAL
Desde el enfoque biopsicosocial que aplicamos en Wë Wellnëss, entendemos que el pensamiento acelerado no surge de la nada, sino que se construye a partir de factores interconectados:
Biológicos:
Hipervigilancia del sistema nervioso.
Alteraciones del sueño.
Dietas que impactan en la regulación emocional.
Psicológicos:
Estilos de pensamiento rumiativo o anticipatorio.
Perfeccionismo y autoexigencia.
Dificultad para poner límites o identificar necesidades propias.
Sociales:
Exposición constante a pantallas y notificaciones.
Ritmos de vida que sobrevaloran la productividad.
Falta de espacios de pausa y conexión real.

¿CÓMO LO ABORDAMOS DESDE LA PSICOLOGÍA?
Desde Wë Wellnëss, trabajamos en construir un ritmo mental más sano, utilizando recursos de enfoques como la Terapia Cognitivo Conductual (TCC) y otras terapias basadas en evidencia.
Algunos ejes del acompañamiento incluyen:
Psicoeducación: Entender qué es lo que está ocurriendo en tu mente y por qué se acelera.
Entrenamiento en atención plena (mindfulness): para aprender a detenerse, habitar el presente y regular el sistema nervioso.
Identificación y modificación de pensamientos automáticos: no todo lo que piensas es verdad, aunque suene fuerte.
Construcción de rutinas protectoras: descanso real, tiempo de calidad, alimentación reguladora y contacto humano significativo.
Límites con la hiperconectividad digital y emocional. No se trata de apagar tu mente, sino de ayudarte a usarla a tu favor.
¿CUÁNDO BUSCAR AYUDA?
Estas señales pueden indicarte que algo necesita ser atendido:
No puedes dejar de pensar, incluso cuando estás exhausta/o.
Te cuesta disfrutar el presente porque tu mente ya está en lo que sigue.
Tu cuerpo está cansado, pero la mente no coopera.
La ansiedad aparece sin motivo aparente y te deja sin aire ni dirección.
Sientes que “ya no puedes más”, pero tampoco sabes cómo parar.






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